Convento de los Capuchos , Santuario da Peninha y Cabo de Roca en Sintra (Portugal)

 

Volvemos a nuestro periplo por tierras portuguesas y en este caso nos dirigimos al Convento de los Capuchos. El motivo de por qué visitarlo lo puedo resumir en una frase de Felipe II quien tras visitar el convento del que vamos a hablar en 1581 comentó “De todos mis reinos, hay dos lugares que estimo mucho, el Escorial por ser rico y el Convento de Santa Cruz por ser pobre”. Nos dirigimos a conocer el Convento de los Capuchos (Sintra) y después al Santuario da Pininha y al Cabo de Roca..

El dos anteriores podcast de este blog hable de mi viaje que realicé a Sintra y Lisboa en 5 días en febrero de 2018 a Portugal. En un primero hablé sobre la llegada y la primera noche el Sintra y en el siguiente que dediqué a mi viaje a Portugal lo dediqué a lo que visité el segundo día: Quinta de Regaleira. En este podcast continuaremos con las visitas que realicé el segundo día, y hablaremos del Convento de los Capuchos, Santuario da Peninha y Cabo de Roca en Sintra (Portugal)

Historia del Conventi de los Capuchos (Sintra)

El Convento de Santa Cruz de la Sierra de Sintra, más conocido como “Convento de los Capuchos” (Alcantarinos) o “Convento del Corcho” fue construido en 1560 por Álvaro de Castro, hijo del virrey de la India, João de Castro. Existe una leyenda asociada a la elección del lugar de su construcción, según la cual João de Castro durante una caza se perdió en la sierra de Sintra, cayéndole la noche, lo que le obligó a dormir bajo unas rocas. Durante el sueño le fue comunicada la necesidad de construir un templo cristiano en ese lugar, pero João de Castro murió antes de poder cumplir su propósito y su hijo honró la voluntad de su padre mandando construir un convento que fue entregado a los frailes franciscanos. Varias fueron las comunidades de esta orden que lo habitaron, estando la primera compuesta por ocho frailes. El más conocido fue Fray Honorio, que según la leyenda vivió casi cien años, de los cuales los últimos 30 años los realizó en una gruta dentro de los muros del convento, cumpliendo penitencia. En 1884, con la extinción de las órdenes monásticas en Portugal, la comunidad de religiosos franciscanos abandona el convento, siendo adquirido por el Vizconde de Monserratey, pasando a ser propiedad del Estado Portugués en 1949. Desde este año el convento se abandono y actualmente se encuentra en lo que se ha definido como “en ruina consolidada” y ha sido recuperado en gran parte, lo que permite que su visita sea muy recomendable.

 

Visita al Convento de los Capuchos

Vamos a realizar una visita al Convento de los Capuchos, pero en este post avanzaremos a través de la historia del convento por medio de las fotos. Para ellos nos guiaremos por uno de los magníficos folletos gratuitos que podemos conseguir tanto a la entrada del convento como en cualquier punto de turismo de Sintra.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Folleto gratuito del Convento de los Capuchos

 

Llegar al Convento de los Capuchos de los Capuchos desde Sintra es sencillo, ya que se encuentra a 8 kilómetros de esa población, y sólo hay que seguir las indicaciones a través de la carretera EN247-3. Allí mismo hay un parking bastante grande donde podemos dejar el coche. Y de allí nos dirigimos a pagar la entrada (en febrero de 2018, cuando yo visite el convento me costó 6 euros).

La entrada al convento de los Capuchos la realizaremos por la escalinata que da al llamado Terreno de las Cruces y el Pórtico de las Rocas. El nombre de “Terreno de las Cruces” viene por la existencia de tres cruces que representan el Gólgota, colina a las afueras de Jerusalén donde tuvo lugar la crucifixión de Jesús. En el espacio que hay entre las 3 cruces encontramos el llamado “Pórtico de las Rocas”, situado entre dos grandes bloques de granito.

Escalinata hacia el llamado Terreno de las Cruces

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Primera de las tres cruces

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Segunda de las tres cruces

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Pórtico de las Rocas

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Tercera de las tres cruces

 

Tras pasar la tercera de las cruces, veremos a nuestra izquierda una fuente, nos encontramos en el llamado “Terreno de la Fuente” que nos llevará hasta la entrada propiamente del convento.

Fuente antes de llegar a la entrada del convento propiamente dicho

 

La entrada al convento no es más que un alpendre o cubierta voladiza sostenida por columnas a manera de pórtico. Este acceso servía también como espacio de recepción de peregrinos. Cuando fui a visitar el convento de los Capuchos (febrero de 2018) estaba con un andamiaje por su peligro de caída.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Alpendre de entrada al Convento

 

Desde aquí podemos apreciar tres puertas. La situada a nuestra derecha comunica con la capilla de la Pasión de Cristo, del siglo XVIII en cuyo nicho se albergaba una imagen del Señor de los Pasos. En sus pareces se observan, si la luz lo permite, lo cual no fue mi caso, azulejos azules y blancos con representaciones alusivas a la Pasión de Cristo.

 

Las otras dos puertas que podemos ver a la izquierda son

  • La llamada Puerta de la muerte: Se trataba de la puerta que daba acceso regular al convento, comunicando directamente al claustro del convento y se encuentra coronada por una calavera sobre dos huesos cruzados, representación de la muerte simbólica de la vida que es dejada de lado y el renacimiento hacia una nueva vida en el convento.

Cruz con calavera sobre la Puerta de la muerte

 

  • Puerta a la iglesia, que es la que seguiremos y los lleva a través del convento.

Atravesando esta puesta llegaremos a la iglesia del convento. Nos encontramos ante las únicas piezas de lujo presentes en el edificio religioso. El altar, en mármol con piedras embutidas de diferentes colores, fue un obsequio de la familia Castro, patrona del convento.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Iglesia del convento

 

Si seguimos nuestro periplo con el Convento, a la izquierda del altar y tras subir unas escaleras llegamos al llamado Coro Alto, estancia usada como sala del coro donde se entonaban los cantos de la misa mientras ésta era celebrada por uno de los miembros de la comunidad y como sacristía para recibir a visitantes ilustres. Aquí es donde podemos ver por primera vez el recubrimiento de corcho que tenían las habitaciones del convento, protegiendo al mismo del frío y la humedad. El corcho era un material fácil de conseguir el los bosques de alrededor del convento, y fue el motivo por el que a finales del siglo XVIII se conociera al lugar como Convento del Corcho.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Coro alto con las paredes recubiertas de corcho

 

Nuestro transitar por el Convento de los Capuchos nos llevará por diferentes espacios, el primero es el pasillo de las Celdas-dormitorio, con sus diminutas puertas. Esta era la zona más íntima de la casa, reservada sólo a los frailes residentes. La razón de la dimensión reducida de las puertas, muy bajas y estrechas, era la de obligar al monje a exhibir una postura de humildad, arrodillándose al entrar a las celdas, en cuyo interior era el único lugar donde un fraile podía estar a solas con Dios. El interior de las celdas era exiguo, pero suficiente para las necesidades de un fraile. No disponían de camas, sino en el suelo sobre una estera de paja o una placa de corcho, corcho que se utilizaba para forrar las celdas y aislar de la humedad. Los frailes tenían votos extremos de pobreza, lo que implicaba que sólo podían poseer sólo tres cosas: el hábito que vestían, una Biblia y una imagen de un santo de su devoción, que se colocaría en el nicho que algunas de las celdas presentan.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Pasillo de las Celdas / Dormitorio

 

Entramos en nuestra visita al Refectorio, lugar donde los frailes hacían una comida diaria, en comunidad. La alimentación de los frailes, como todo lo relacionado con su vida era humilde. Dependían casi exclusivamente de lo que podían producir en la huerta del convento y de donativos ocasionales de queso, aceite, huevos y vino para la celebración de la Eucaristía. La comunidad del convento era conocida por observar con rigor los principios de la suficiencia, nunca aceptando limosna que no fuera acorde con estos ideales. En la Chronica de la Provincia de la Arrábida Frei António da Piedade relata, a este propósito, un episodio en que D. Catalina, mujer de D. João III, mandó entregar en el convento dos quesos flamencos. El hermano guardián que los recibió cortó sólo la mitad de uno, diciendo que agradecía la generosa donación pero que devolvía el excedente, pues esa mitad de queso sería suficiente para una semana.

Originalmente, el comedor no disponía siquiera de mesa, teniendo la piedra tosca que, más tarde, vino a servir esa función, fue ofrecida al convento por el Cardenal-Rey D. Henrique. Queriendo proporcionar a estos hombres alivio de las pruebas a la hora de la comida y sabiendo que no aceptarían el confort proporcionado por una mesa y sillas, el Cardenal Rey mandó cortar esta losa de granito en la sierra para servirles de mesa.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Losa de granito a modo de mesa en el refectorio

 

Me voy a saltar algunos de los espacios (como son la biblioteca (cuyos libros se perdieron con el cierre del convento en el siglo XIX), , las enfermerías, la celda de la Penitencia o las dos celdas para el alojamiento de visitantes) ya que son espacios muy similares entre si, pero si hacer referencia a la llamada Casa de las Aguas, lugar donde se encontraba la reserva de agua, lavadero y letrinas. El agua provenía de una mina, abasteciendo al convento gracias a un canal de cuatrocientos metros de largo.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Casa de las Aguas

 

Destaca, antes de salir al exterior del Convento de los Capuchos, la llamada Sala Capitular. Esta sala circular (lo que permitía el sentimiento de igualdad y poderse mirar a los ojos) estaba destinada a las reuniones de la comunidad de los monjes. Se denomina “capitular” por el hecho de que al inicio de cada sesión se leía un capítulo de la Regla de la Orden. Al entrar veremos una hornacina vacía que albergaba una imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Los decisiones que habían de tomarse en comunidad (entre ellas la elección del hermano guardián que asumía el liderazgo espiritual de la comunidad) se realizaban por votación secreta por utilizando para ello frijoles blancos y negros como manifestación de voto positivo y voto negativo, respectivamente, ante el asunto en discusión.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Sala Capitular

 

Si salimos al exterior, llegamos al claustro, rodeado de árboles  con una fuente central. Desde allí podemos llegar a Capilla o Ermita del Señor en el Huerto en cuya fachada todavía podemos observar pinturas al fresco de San Francisco de Asís y de San Antonio de Lisboa y de Padua, obra realizada en el siglo XVII por André Reinoso, el primer pintor barroco de Portugal.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Capilla o Ermita del Señor en el Huerto

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Granero, al lado de la Ermita del Señor en el Huerto

 

Si nos movemos por los caminos que salen del claustro podremos realizar un recorrido botánico que nos permitirá observar diferente vegetación del bosque que rodea el Convento de los capuchos, con Lavanda (lavandula angustifolia), Romero (Rosmarinus officinalis), Coscoja (Quercus coccifera), Madroño (Arbutus unedo), Boj (Buxus sempervirens), Acebo (Ilex equifolium), Laurel (Laurus nobilis), Roble (Quercus robur) o Castaño (Castanea sativa) entre otros. En nuestro recorrido podremos llegar a la Capilla o Ermita del Ecce Homo, cuya imagen en el simboliza la presentación de Jesús al pueblo por Poncio Pilatos pronunciando las palabras “He aquí el Hombre”, Ecce Homo en latín y si seguimos por las sendas cercanas llegaremos a la Capilla del Señor Crucificado, situada en la cima de los peñascos,

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Interior de la Ermita del Ecce Homo

Entrada a la capilla del Señor Crucificado

 

Volvemos ahora hacia el claustro del Convento de los Capuchos y en nuestro camillo llegaremos a la llamada Cueva del Fraile Honorio, Lugar rocoso y legendario donde Fray Honorio de Santa Maria, quizás el fraile con más fama de santidad de todos los que habitaron el convento, se recogió durante treinta años, en alternativa a su celda en el convento.

Convento de los Capuchos (Sintra)

Lápida de localización de la cueva del Fraile Honorio

 

Convento de los Capuchos (Sintra)

Antigua huerta del Convento

Horario:

Temporada Alta (1 de Mayo a 27 de octubre): De 9.30 a 20 hs. (última admisión a las 19 hs.)
Temporada Baja (28 de octubre a 30 de Abril): De 10 a 18 hs. (última entrada a las 17 hs.)

Precio de la visita: Entrada Adulto (18-64 años) – 7 euros

Entrada Joven (6-17 años)  – 5,50 euros

Entrada Personas mayores (a partir de 65 años) – 5,50 euros

Billete Familia (2 adultos + 2 jovens) – 22 euros

 

Para terminar este segundo día en Sintra, en el que empezamos el día visitando la Quinta de Regaleira y visitamos Convento de los Capuchos, nos dirigimos a ver ponerse el Sol al Cabo de Roca, pero antes de esto visitamos en el Parque Nacional Serra da Sintra el Santuario da Peninha Sintra.

 

Santuario da Peninha

Es importante indicar que lo que vamos a poder ver en este lugar es el paisaje, por otra parte impresionante, de toda la costa de Sintra, pero no el interior del santuario, ya que se encuentra cerrado al público. Y también es importante saber que la zona esta constantemente azotada por fuertes vientos y es muy probable, debido a la proximidad al océano, que la cumbre a la que nos dirigimos este envuelta en la niebla.

 

En Peninha vamos a poder 2 paisajes muy diferentes cuando nos encontramos a pie del santuario. Por una parte, en la zona más rocosa donde se encuentra el santuario veremos el llamado Macizo Magmático de Sintra, generado hace 80 millones de años a grandes profundidades y tratándose principalmente de roca granítica y sienita que se moldea en forma de grandes bloques de roca redondeada denominada por la geología portuguesa “caos de blocos” (los denominados bolos en español). El segundo paisaje son las espectaculares vistas de la costa de Sintra, que en los días despejados nos permite ver las Islas Berlengas al norte y Cabo Espichel al sur.

Peninha

Paisaje de la costa de Sintra desde Peninha

 

El santuario

Se conoce la existencia de una pequeña ermita en las colinas de Peninha desde la fundación del cristianismo en Portugal. Se trata de la antigua ermita de San Saturnino (hoy abandonada). El santuario paso a ser venerado en el siglo XIV cuando, según la tradición, la Virgen María se apareció a una joven pastora que había perdido todas sus ovejas. La Capilla Peninha fue construida un siglo más tarde después de la aparición y se terminó en 1710. Debido a la ubicación de la capilla en la cima de Peninha, donde es posible otear distancias de hasta 50 kilómetros de la costa y así detectar barcos que regresaban, se convirtió en un sitio popular de peregrinación para las familias de los marineros. El conjunto arquitectónico que podemos ver hoy en día, formado por la ermita y a la capilla se completó en 1918 con la unión de un palacete romántico de estilo revivalista construido por Carvalho Monteiro, que se asemeja a una fortificación y que nunca llegó a utilizar

Cabo de Roca

Interior de la ermita de San Saturnino

 

No puedo dejar de narrar la leyenda de la aparición de la Virgen María a una joven pastora que copio literalmente de la web https://www.guiadacidade.pt y que podemos ver completa aquí.

 

Leyenda de la Peninha

Se cuenta que en el reinado de D. João III, en la tierra de «Almoínhos-Velhos», había una pastora muda que tenía la costumbre de llevar a sus ovejas a pastar a la cumbre de la sierra.
Cierto día, una de sus ovejas huyó, dejando a la joven pastorcilla desesperada en busca de la tal oveja. Después de largas búsquedas observó a lo lejos una señora que traía con ella su oveja.
La pastorcilla agradeció mucho de la manera que pudo, pues no conseguía hablar.
La señora, aprovechando la ocasión, pidió a la pastorcilla que le diese un poco de pan. La pastora le explicó, gestualmente, que ese año había sido malo y había mucha hambre. La señora le dio entonces un consejo:

– Cuando llegues a casa llama por tu madre y busca pan.
La pastorcilla intentó explicarle que eso era imposible, pues además de tener la seguridad de no haber pan en su casa, ella no podía llamar a su madre pues era muda. Pero la señora insistió tanto que la pastora decidió hacer lo que ella le decía.
Al llegar a casa llamó por su madre y su voz se escuchó en toda la casa.
Contó la historia a su madre y se apresuró en buscar pan. Y cual fue su espanto cuando las dos encontraron un arca llena de pan que llegó para la aldea entera.
Al día siguiente, como prueba de agradecimiento, toda la aldea subió a la sierra y precisamente en el sitio donde la pastorcilla había encontrado a la señora, estaba ahora una gruta con la imagen de Nuestra Señora.
Ese lugar pasó a ser sagrado y más tarde fue allí construida una capilla, conocida por capilla de Nuestra Señora de la Peninha.

 

Como llegar a Santuário da Peninha

El Santuario da Peninha se localiza en la localidad de Malveira da Serra, entre Sintra y Cascais. No es posible ir por transporte público hasta el santuario, por lo que sólo es posible visitarlo por medio de automóvil (y andando desde Sintra son 4 horas de camino). Si vamos desde Sintra en coche, hay que diríjase hacia el Sur por la N9 hacia Cascais, aproximadamente a 6 km de Sintra, gire a la derecha en la N9-1, que está señalizada a Malveira da Serra. Seguimos esta carretera durante aproximadamente 7 Km., justo antes del pueblo (después de las curvas), girando a la derecha en Caminho dos Fetos A partir de aquí el camino se convierte en una carretera un poco estrecha pero asfaltada. Recorreremos 2.5 km hasta un cruce que tomaremos a la derecha. Tras 1,3 Km., volveremos a girar a la derecha en un cruce en forma de T. Yo recomiendo dejar aquí el coche continuar a pie (cuesta hacia arriba) hasta llegar a la Capilla Peninha.

 

Cabo de Roca

Y para terminar el día, nada mejor que ir a ver la puesta de Sol al punto más occidental del continente europeo y antiguamente considerado el fin del mundo conocido. Pero antes de ir, comentar un error clásico sobre cual es el punto más occidental de Europa. Todo que haya hecho el Camino de Santiago habrá sentido la necesidad (si, la necesidad) de seguir andando y ya que estamos ir a Finisterre, el teórico punto más occidental de Europa. El ir desde Santiago de Compostela a Finisterre lleva como mucho 3 días y es un trayecto realmente bonito, pero Finisterre NO es el punto más occidental de Europa (realmente ni siquiera de España, cuyo punto más está situado en el Cabo Touriñan en la población de Muxia, como perfectamente se explica en el El Blog de Eduardo Mosqueira en un post que dedicó a Los errores más comunes en geografía: Cabos y que se puede ver aquí). Pero si realmente queremos ir al punto más occidental de Europa, hemos de ir a Cabo de Roca.

El Cabo da Roca es un bellísimo acantilado de 140 metros sobre el Atlántico y como ya hemos dicho, es el extremo más occidental de Europa.

Peninha

Puesta de sol desde el Cabo de Roca

 

Cabo de Roca

Monumento en el Cabo da Roca.

 

Cómo llegar:

Cabo da Roca se encuentra a 18km al oeste de Sintra, y para llegar en coche lo único que hay que hacer es seguir la N247 y en el kilómetro 14.8 desde Sintra, seguir las indicaciones que nos llevan a Cabo de Roca.

 

Más información:

Entrada del Convento dos Capuchos en la web de turismo de Portugal se puede ver aquí

Recorrido por el Convento dos Capuchos en la web de turismo de Portugal se puede ver aquí

Entrada sobre Peninha en la web de turismo de Portugal se puede ver aquí

Más información sobre Peninha y su leyenda aquí.

Página con mucha más información sobre el Cabo Da Roca aquí

 

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Convento de los Capuchos, Santuario da Peninha y Cabo de Roca en Sintra (Portugal)

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Convento de los Capuchos: 38.784345, -9.438137
Santuario da Peninha : 38.768524, -9.460604
Cabo de Roca: 38.780487, -9.498908
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Convento de los Capuchos
Convent of the Capuchos, Colares, Portugal
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Santuario da Peninha
Santuário da Peninha, Sintra, Portugal
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Cabo de Roca
Faro de Cabo de la Roca, Colares, Portugal

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