El castillo de Peracense es uno de los más bellos y desconocidos castillos aragoneses y del territorio Español. Rodeado de un entorno natural único, sus constructores aprovecharon la prolongación rocosa natural de rodeno fuertemente escarpada para construir un enclave defensivo de primer orden, aunque nunca sufrió ningún asedio, ya que la primera línea fronteriza quedaba defendida por el castillo Rodenas.
El castillo de Peracense está situado a un kilómetro del casco urbano de Peracense (que a su vez está situado a su vez a 70 kilómetros de la ciudad de Teruel) sobre un acantilado rocoso a una altitud cercana a los 1400 metros. Esta situación, junto a su gran integración en los escarpes y bloques de piedra es la que le da a este castillo su esencia y fuerte carácter.
Muro del recinto intermedio donde se utilizan escarpes y mampostería
Geología de la zona
La zona donde se sitúa el castillo se caracteriza por la presencia de areniscas rojas (llamadas rodeno) y conglomerados triásicos (micáceas del buntsandstein, del triásico inferior de hace 245 millones de años) de color rojizo que generan un roquedo fuertemente fracturado y modelado. Esta piedra con su penetrante tono rojizo sería usada en la construcción del castillo, utilizándose como parte fundamental en mampostería, sillería de los muros y dependencias del castillo, lo que originará un carácter mimético con el risco donde se ubica.
Breve reseña histórica
Los primeros restos encontrados en el castillo permitieron datar el primer asentamiento en el lugar que ocupa hoy el castillo al final de la Edad de Bronce. A este primer asentamiento se añade el poblado que debió de existir a los pies del lado sur del castillo de la Edad de Hierro. El castillo como tal fue fundado en plena Edad Media, probablemente en el siglo XII, para la defensa de la recién creada frontera entre Aragón y Castilla.
Vista Este del Castillo de Peracense.
A mediados del siglo XIV, con Alfonso IV y Pedro IV, la importancia del castillo se acrecienta, por su situación estratégica, ya que se encuentra en una posición limítrofe entre los reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín, Molina y Comunidad de Daroca, así como por la necesidad de vigilancia del desfiladero sobre el que se asienta, lugar de paso para las tropas invasoras de Castilla durante las frecuentes guerras entre los reinos de Castilla y Aragón. Esto originó que se realizaran las grandes obras tanto de ampliación del castillo como de reforma, incluyéndose la total construcción del recinto exterior. En este se realizan muros con un espesor de hasta 3.5 metros, con la intención no solo de soportar asedios con artillería, sino también de proteger el resto de los lienzos interiores de los disparos desde los altozanos próximos. Por las dimensiones de longitud del muro exterior podemos suponer que su guarnición en tiempo de guerra debió de ser numerosa, y que en su interior se alojarían también tropas de caballería, cuyos animales se alojarían en el recinto exterior.
Tras la unión de Castilla y Aragón con el matrimonio de los Reyes Católicos, el castillo va perdiendo su función militar y estratégica, y se produce el consiguiente abandono provocado por el desuso, con la excepción de su breve uso con fines castrenses por guarnición liberal en la primera Guerra Carlista (1833-1840).
Muralla del recinto exterior
A partir de este momento se utiliza como cantera y almacén de materiales para construcciones de las proximidades. Es en 1987, momento en el que por iniciativa de la Diputación General de Aragón, primero, y del Instituto Aragonés de Fomento después, se procede a la restauración del castillo en diferentes fases de un proyecto global, proceso que se prolongó durante 13 años, incluyéndose varias campañas de excavaciones arqueológicas.
Breve descripción del Castillo
El Castillo consta de tres recintos fortificados concéntricos y escalonados según el terreno que ocupan una superficie de unos 4.000 metros cuadrados.
Plano del castillo. Fuente: Folleto Peracense y su castillo. Diputación de Teruel
El recinto exterior es accesible por la puerta abierta en el lado norte, que es por donde entraremos en nuestra vista recorriendo una suave rampa sobre el terreno natural ejecutada en el año 1987, que nos permite acceder a la puerta exterior del castillo, cuyos arranques de jambas se conservan situ y donde compraremos los tiques para entrar al Castillo. Cuando entramos por esta puerta llegamos a una gran explanada donde se situaba el patio de armas exterior también llamado albacara y está protegida del exterior por dos anchos muros jalonados por tres torreones, a los cuales se puede llegar a través de subir por unas escaleras de madera que acceden a la muralla. En el extremo oeste del patio de armas donde nos encontramos podemos ver, en la base de los muros del recinto intermedio, grandes bloques de piedra (megalitos), cuya ejecución obedece a la etapa ibérica de ocupación del solar del castillo. A sus pies afloran sobre el terreno los estratos horizontales de piedra de rodeno utilizados como cantera para la extracción de discos utilizados como ruedas de molino. En su extremo sur, una esbelta torre atalaya enlaza el recinto exterior con el intermedio.
Muro de separación entre recinto exterior y el intermedio. Se ve la Torre del Hospital
El segundo recinto o recinto intermedio, donde se encuentra la plaza de armas y que se accede pasando por una puerta protegida por un torreón de sillería que albergaba el cuerpo de guardia. Este recinto intermedio está adosado al lado oeste del superior y aprovecha l cortado natural de las laderas del espolón rocoso para el trazado de la muralla, que en las zonas de más difícil acceso se convierte en un sencillo parapeto, en tanto que en las más débiles los muros son de gran altura y grosor.
En este espacio se encontraban las habitaciones de tropa y el aljibe principal del que quedan restos.
Torreón del cuerpo de guardia
Aljibe mayor, con capacidad de 60.000 litos de agua
Junto este torreón se conservan perforaciones en la roca que no son más que restos de las reglas de juegos que unidos a los dados hallados en las excavaciones ilustran parte de los pasatiempos de los defensores. En este mismo recinto una torre vigía llamada del Hospital permite vigilar estos dos primeros recintos así como uno de los flancos del castillo. Protegida por el quiebro de la muralla, en su día existieron unas estancias, seguramente destinadas al alojamiento de los defensores del castillo y que actualmente en su interior se encuentra el museo del castillo donde se exponen las piezas y los datos de interés que sobre el castillo se han obtenido.
Caballerizas y estancias, donde actualmente está el museo del castillo
Una de las vitrinas del museo
En el extremo oeste de este cuerpo se observa la fábrica original y los restos de una antigua cocina adosada al interior de la muralla. En el extremo sudeste quedan los restos de un cementerio, una antigua capilla, una torre-cárcel o torre-almacén; y en la cota interior, una poterna que servía de salida excusada y de comunicación con el poblado que debió de existir a los pies del castillo.
Restos de pequeña capilla y minúsculo cementerio
El recinto más elevado o recito superior está construido acomodándose a las irregularidades de la roca era el último bastión defensivo y residencia del alcaide. Tiene una forma rectangular de unos 46 metros de largo por 12 de ancho, lo que supone una superficie de alrededor de 550 metros cuadrados. También en disposición escalonada desde la torre de ingreso se suceden las diversas estancias residenciales y dependencias así como el sistema de recogida y almacenamiento de las aguas pluviales. En la fachada se observan las marcas de cantero en algunas piezas.
Escalera de entrada al recinto superior
Para entrar en la torre se accedía a través de un puente levadizo que se apoyaba en su exterior sobre un andador de sillería macizo al que se accedía por escalones. A partir de esta puerta, una escalera excavada en la roca natural nos conduce al recinto alto del castillo.
Falsa torre del Homenaje. Vista central
Falsa Torre del Homenaje. Vista lateral
La primera estancia a la izquierda, hoy cubierta, es la covacha, que servía como arsenal. De esta plataforma arrancan dos escaleras. Una de ellas, al oeste, nos conduce en dos tramos al andador de la falsa torre del Homenaje; la otra, situada al este, en cuyo lado sur quedan restos de una plataforma-mirador de época carlista nos conduce al último reducto o vivienda del alcaide. En su interior, a la izquierda (sur), queda la base de un aljibe y de la escala que accedía a la última azotea; a la derecha (norte), unas estancias cubiertas con estructuras de madera y teja curva. En el interior de una de ellas quedan restos del antiguo horno. Por último, se accede a las dos últimas estancias, con bóvedas apuntadas de sillería, que forman ángulo recto entre sí. En la situada al nordeste se conserva el primitivo hogar. Es ya en el extremo este donde se configuran una terraza con cisterna y una azotea de lajas de piedra sobre bóvedas, con un canal central con gárgola en su extremo este que recogía las aguas pluviales, conduciéndolas a la cisterna de la terraza situada más abajo. En el lado sur de este recinto está la mayor cisterna del castillo. Excavada en la roca, estuvo en su día cubierta con una bóveda apuntada. A ella confluyen varios canales de recogida superficial de aguas pluviales.
Vista lateral del recinto superior
Recreaciones históricas en el castillo
Señalar que desde 2006, la primera semana de agosto se realizan en el castillo recreaciones medievales, así como un mercadillo medieval en las calles del municipio con actividades para niños, actuaciones teatrales y musicales, culminando las actividades con una gran cena medieval.
Que ver en las cercanías:
Iglesia parroquial dedicada a San Pedro en el pueblo de Peracense
Ermita dedicada a San Ginés.
Peirón de San Jorge, en el camino que conduce a Villafranca del campo.
En las proximidades, de camino a Alba del Campo, se halla la encina milenaria, conocida como «la carrasca de los Tocones», de 11 metros de altura y unos 500 años de edad.
Por la población de Peracense circula el sendero GR-24, Sendero de Gran Recorrido de Aragón
INFORMACIÓN PRÁCTICA DE LA VISITA
Provincia: Castillo de Peracense (Teruel)
Alicientes
Uno de los Castillos más bellos y desconocidos castillos de España
Un castillo cuya rehabilitación terminó en 2000 y
Época recomendada: Cualquier época es buena, pero el invierno en la zona puede llegar a ser duro.
Coste de la entrada: Adultos: 3 Euros. Niños: 2 Euros
Niños: Si. Muy recomendable.
Más información:
Horarios de visita y precios de la misma se pueden ver en la web del Ayuntamiento de Peracense al cual llega este enlace
Visita virtual al castillo de Peracense se puede ver aquí
El Folleto del Castillo se puede descargar aquí
Información del Castillo en la web del Ayuntamiento de Peracense y de donde he obtenido casi toda la información contenida en este post aquí
El Castillo de Peracense en la Web de Castillos de Aragón aquí
Folleto sobre los castillos de Aragón se puede descargar aquí