En el pasado post hablamos de la historia del Real Jardín Botánico de Madrid. En esta ocasión nos vamos a dar un paseo por dicho jardín y ver alguna de sus maravillas y tras describirlo, pasaremos a comentar algunas de las rutas creadas para verlo con otro ojos.
Cartel con Plano del Real Botánico de Madrid
Distribución de las especies vegetales (información obtenida de aquí)
Como ya hemos comentado, el recinto se encuentra aterrazado con objeto de compensar el desnivel del terreno. El resultado son tres terrazas principales y otra más, la superior que domina las otras tres. Las tres terrazas inferiores se comunican por escaleras. Las dos más bajas tienen un diseño neoclásico y conservan en medio de cada parterre los primitivos fontines, restaurados en 1979.
Paseo de Clemente
- Terraza de los Cuadros. Aquí encontramos las colecciones de plantas ornamentales, medicinales, aromáticas, endémicas y de huerta alrededor de los fontines. Se trata de la terraza más baja, a la cual se accede por la Puerta de Murillo y en ella se ubican 16 parterres dispuestos en dos hileras con las colecciones de plantas. Al fondo del paseo central se localiza la rocalla. También aquí localizamos el Paseo de las Estatuas, que separa la Terraza de los Cuadros de la de las Escuelas, con un doble recorrido. E, igualmente, a esta Terraza se puede acceder por la Puerta del Rey, la puerta que da acceso al Jardín desde el Paseo del Prado. Atribuida a Francisco Sabatini, Arquitecto Mayor de Palacio, fue construida en 1781, tres años después de la construcción de la Puerta de Alcalá. De ella parte el paseo de Carlos III que divide, aproximadamente, el espacio total del Jardín por la mitad. Tradicionalmente, esta puerta solo se abre cuando los Reyes visitan el Jardín.
Tulipanes en la terraza de los Cuadros
- Terraza de las Escuelas Botánicas. Aquí encontramos la colección taxonómica. En la restauración de 1979 los cuadros correspondientes a 12 fontines de la Terraza Media se ocuparon con plantaciones ordenadas conforme al orden filogenético evolutivo de G.L. Stebbins, situándose la primera escuela donde originariamente estuvieron las coníferas, que se consideraron inamovibles. Siguiendo el orden de las escuelas se puede recorrer el reino vegetal, desde las plantas más primitivas a las más evolucionadas. Como en el Jardín hay plantaciones antiguas, en los parterres dedicados a las escuelas muchos de los árboles no ocupan el lugar que el sistema de clasificación filogenética les ha adjudicado. En la Escuela 0 están los grupos de Pteridófitos (helechos) y Cycadales (gimnospermas). En la Escuela 1 se encuentran las Gimnospermas. En la Escuela 2, Magnólidas y Hamamélidas. En la Escuela 3, Cariofilidas y Dillénidas. En la Escuela 4 está la continuación de las Dillénidas. En las Escuelas 5, 6 y 7 encontramos las Rósidas. Además, en la Escuela 7 también están las Astéridas, que continúan en las Escuelas 8, 9 y 10. Finalmente, en las Escuelas 11 y 12 se localiza el grupo formado por las Comelínidas.
Terraza de las Escuelas Botánicas
- Terraza del Plano de la Flor. Fue modificada en 1858 para trazar sus sinuosos paseos muy al gusto del siglo XIX. Hoy es un frondoso jardín romántico separado del resto por un pequeño muro de granito cuya barandilla de hierro se forjó en 1786. Junto a la barandilla, siguiendo el paseo de Mutis, hay plantaciones de glicinas, rosas ‘clair matin’, mirtos, laureles, tejos o la planta ‘rayos de sol’, entre otras, que forman un seto separador entre las dos terrazas. En esta terraza están enclavados el emparrado, los invernaderos y el Pabellón Villanueva. Asimismo, se localizan la plazoleta de los Castaños de Indias, la plazoleta de los Plátanos y las Glorietas de los Tilos. El conjunto arquitectónico conocido como Pabellón Villanueva está situado frente al estanque de Linneo, en el Plano de la Flor. De estilo neoclásico, con estructura de fábrica y granito berroqueño, a cada lado de la entrada principal hay dos columnas de granito, grandes cristaleras en las paredes y una cubierta de teja a dos aguas. El Pabellón Villanueva albergó la Cátedra de Cavanilles y estuvo dedicado a actividades científicas hasta que en 1969 se inauguró el actual Edificio de Investigación, que alberga los herbarios, el archivo, la biblioteca, los laboratorios y las dependencias administrativas.
Terraza del plano de la Flor
- Terraza de los Laureles. Comunicada con el Plano de la Flor a través de la Rambla de los Olivos, la Terraza de los Laureles es un moderno espacio expositivo recientemente construido sobre lo que fue el talud de Alfonso XII. En esta terraza se encuentran el salón de actos, la sala de seminarios y el Aula del Botánico, además de las dependencias de jardinería. El diseño de la Terraza Alta o de los Laureles es obra del arquitecto Pablo Carvajal y del paisajista Fernando Caruncho, que desde 2002 a 2004 transformaron lo que se conocía como Talud de Alfonso XII en una moderna terraza ajardinada, que linda con la parte histórica del Jardín Botánico.
Terraza alta o de los Laureles con los bonsais expuestos
Estanque de Linneo
Invernaderos
El Real Jardín cuenta con cuatro invernaderos; uno, anejo al edificio de investigación, construido en 1987, queda destinado a los fines propios del edificio; los otros tres se sitúan en el lado norte. El más antiguo, el invernadero de Graells, es conocido como Estufa de Graells o de las Palmas, fue construido en 1852. Se ubica en un edificio histórico que sigue funcionando desde su creación como estufa fría, con una temperatura y humedad más o menos constantes, sin otro regulador que el mantenimiento de las plantas al abrigo, el calor del sol y la ocasional ayuda de los aspersores. Viven en estas condiciones, los helechos, los musgos y algunas plantas acuáticas como los nenúfares, en un pequeño estanque. Junto a él se sitúa el moderno “invernadero de exhibición”, construido en 1993 por iniciativa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, quien estableció que debía tener tres compartimentos de exigencias climáticas bien diferenciadas: tropical, templado y desértico. El clima de Madrid hace que esta instalación deba de contar con un avanzado sistema de climatización con dos estrategias bien diferenciadas. En invierno, capta energía solar almacenándola en un depósito de agua mientras que en verano, se evita la penetración de los rayos solares utilizando unas lamas móviles, a la vez que se nebuliza el interior con agua. Este invernadero obtuvo el premio de Urbanismo, Arquitectura y Obra Pública de 1993 y en él podemos encontrar 1.200 especies de plantas exóticas de ambientes climáticos como el desértico, el subtropical o el tropical, que constituyen otros tantos departamentos del Invernadero de Exhibición. Por último, en el plano de la terraza de las “Escuelas Botánicas”, queda el “invernadero del jardincillo”, dedicado a la multiplicación, levantado en 1976.
Invernadero de Santiago Castroviejo Bolíbar
Diferentes rutas a hacer
El jardín Botánico ha dispuesto una serie de rutas a lo largo del las 6 hectáreas que nos permiten conocer las plantas desde otra perspectiva, ya sea histórica, botánica o por especies. Nota: si se pretende hacer alguna de las rutas, en el Real Botánico a veces es muy difícil encontrar folletos de las mismas, por lo que yo recomendaría llevarse el folleto impreso de casa.
Árboles singulares (impresionante ruta, que comentaremos en un próximo post).
Árboles singulares en plano de Guía de los árboles singulares del Real Jardín Botánico
Cartel Olmo del Cáucaso
Olmo del Cáucaso de 40 metros de altura
Jardines Botánicos: Historia, Plantas y Cultura
La evolución del reino vegetal
Cartel de la ruta Las Plantas del Quijote
Diferentes épocas para visitar el botánico
Cuando uno se plantea cual es la mejor época para visitar el botánico, yo siempre soy de la opinión que cualquier época es ideal. Es más lo más bonito sería ir en las 4 estaciones y ver como cambia el botánico en cada de una de ellas. Pero si no tenemos oportunidad de hacerlo, la primavera y el otoño son las estaciones más bonitas para una visita.
El Real Botánico en otoño
Biografía
Más sobre la historia del Real Botánico aquí o aquí o aquí
La historia del Real Botánico y su relación con la farmacia se puede ver aquí
Un mapa interactivio del real botánico se puede ver aquí
Un libro fundamental para disfrutar de los árboles singulares del Real Botánico es “Guía de los árboles singulares del Real Jardín Botánico” de Mariano Sánchez García publicado por la Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico de Madrid (2001).