Hoy nos viajamos a la población de Ulea, situada en la comarca del Valle de Ricote y a 32 kilómetros al Noroeste de la capital murciana. Allí nos dirigimos a ver un edificio que, según las crónicas fue diseñado por ingeniero francés Gustave Eiffel. Así que hoy iremos a visitar la llamada casa del cura en Ulea (Murcia)
Si nos dirigimos a Ulea y nos buscamos la plaza Mayor de la población, donde se encuentra el Ayuntamiento e Iglesia Parroquial de San Bartolomé, podremos observar que junto a esta última se encuentra un edificio de cuatro plantas, con dos torreones o castilletes. Este curioso edificio está considerado como uno de los edificios más emblemáticos de Ulea y de la región de Murcia. Estaremos ante la llamada Casa del Cura, Casa Parisina o Casa Eiffel.
Casa del cura en Ulea desde la Plaza de la Constitución
Descripción del edificio
La casa del Curo es un edificio de fachada cuadrada de cuatro plantas, que se reduce en una altura al dar a la Calle Alta. Presenta dos torreones o castilletes volados como si fueran almenas medievales que cierran los extremos superiores de las dos esquinas de la fachada principal. Son troncos de pirámide cuadrangular rematados por agujas de chapa de zinc formando las cubierta. También sobresalen dos balcones en su fachada principal con barandilla y pasamanos de obra de albañilería, con balaustres en forma de adornos, a juego con los dinteles y partes superiores de las jambas. El yeso blanco adorna y pinta los adornos de los dinteles y parte de las jambas, también resaltan los alféizares de las ventanas.
Su fachada principal está orientada al SE, quedando cerrado uno de los cuatro lados de la Plaza. En su fachada Sur la decoración es igual, pero su dimensión es menor.
Casa del cura en Ulea vista lateral
Historia de la casa
El edificio en cuestión se construyó entre 1910 y 1912 y fue inaugurada el 19 de marzo de 1912 por José Ríos Carrillo, un uleano con negocios de exportación de fruta entre los años 1910 y 1915 y alcalde de la localidad entre 1924 y 1928. En alguno de sus viajes constantes a Francia, relacionados entre otras cosas por la posesión de un puesto comercial en el Mercado Central de París, conoció y estableció gran amistad con el arquitecto Alexandre Gustave Eiffel. Cuenta el cronista oficial de Ulea Joaquín carrillo Espinosa que Eiffel visitaba el puesto de fruta de Ulea en el Mercado Central de Paris “ya que el ingeniero de avanzada edad, padecía de unos fuertes dolores reumáticos qué, no cedían a las prescripciones de los facultativos. Al aconsejarle que el jugo de las naranjas y limones le aliviarían más que los medicamentos, se acercó a su puesto en el mercado para adquirir dichas frutas qué, según la opinión popular, eran las mejores del mercado. Pues bien, la mejoría fue escasa y, entonces, el Sr. Ríos le invitó a que visitara el balneario de Archena cuyas aguas termales, según acreditaban, mejoraba ostensiblemente los dolores reumáticos. Aceptó el encargo Gustav Eiffel y se alojó en casa del industrial uleano, durante 15 días, siendo trasladado en su calesa particular a recibir los baños durante tres veranos consecutivos”. A raíz de la estancia del insigne ingeniero en tierra de Ulea, se gestó la construcción de una casa junto a la iglesia que fue terminada en 1912, siendo la teoría más generalizada que fue Eiffiel o alguno de sus alumno aventajado los autores del proyecto de la misma, aunque al no existir planos ni escrituras de la misma, no se puede confirmar o rechazar su autoría. De esta forma, la casa inicialmente fue construida como vivienda particular.
Posteriormente, su propietario inicial la vendió a un primo. El 10 de julio de 1980 Patrimonio Cultural y Artístico de Murcia decide su restauración, de la que se ocuparon los arquitectos Iracheta y Santa Cruz, rehabilitación culminó el 28 de diciembre de 1985. En 1996 la Parroquia de San Bartolomé adquiere la casa a la heredera Doña Ríos Palazón, sobrina del primer propietario por medio de un trueque a cambio de una vivienda en la calle Alfonso XII. Desde ese momento, a la casa que diseñó Eiffel se le denominó ‘Casa del Cura’, siendo residencia durante años del párroco, por lo que recibió también el nombre de Casa Parroquial, quedando deshabitada durante varios años a causa de su mal estado de conservación.
Vista panorámica de la Casa del cura en Ulea
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