Viajar es ir a los sitios de los cuales nos han hablado o hemos visto en fotos y que queremos ver con nuestros propios ojos. El lugar que voy a describir a continuación es muy conocido y como todo buen lugar tiene una leyenda (totalmente falsa) y una historia que está en fase de estudio por los arqueólogos.
Vamos a hablar de la llamada Silla de Felipe II en El Escorial (Madrid).
Silla de Felipe II (El Escorial)
La llamada Silla de Felipe II se encuentra en la población de El Escorial (Madrid), en la falda de los montes conocidos como los Ermitaños, en el llamado bosque de la Herrería, a 1047 metros del nivel del mar y a 2300 metros en línea recta de El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, la construcción que ha sido llamada la octava maravilla del mundo y de la cual hablaremos en una futura entrada de este blog.
La leyenda cuenta que entre los años 1563 y 1584, en los que se llevo a cabo la construcción del complejo del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, el rey Felipe II se hizo construir un mirador con un trono para desde allí vigilar la marcha de las obras. Desconozco la capacidad visual del soberano, pero es de suponer que o era muy buena o este no era ni por asomo el lugar donde Felipe II vendría a ver las obras de El Monasterio de Escorial.
Subida en la base de la Silla de Felipe II
La silla de Felipe II llego a ser tan conocida debido a que fue el dibujo que aparecía en el reverso del billete de 100 pesetas que circuló en España desde junio de 1927 hasta abril de 1939. El billete mostraba en el anverso el busto del Rey Felipe II y una vista del palacio del Escorial. En el reverso del billete se encontraba una imagen del cuadro «La silla de Felipe II» de Luis Álvarez Catalá. Más información sobre este billete se puede ver aquí.
Varios son los datos que van en contra la teoría de su uso como silla de Felipe II, por una parte, la vista desde la silla del monasterio es demasiado remota (más de 2000 metros, como ya hemos indicado anteriormente) por lo que es imposible vigilar desde ella la marcha de las obras, como mucho se vería la evolución del perfil del monasterio. Por otra parte, y según investigó la doctora en Arqueología y profesora del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, Alicia M. Cantó, en documentos de la época se indica que cuando Felipe II deseaba contemplar la evolución de las obras, lo hacía desde alturas más cercanas al edificio, como son los picos de Abastos o San Juan “lo que resulta lo más lógico, ya que ambas alturas están mucho más cercanas y casi a pico sobre el edificio, como se puede en efecto observar por el punto de vista elegido para casi todas las láminas antiguas que existen de él”
Vista sin ampliación de El Monasterio del Escorial desde la Silla de Felipe II
Vista ampliada del Monasterio de El Escorial desde la Silla de Felipe II
La arqueología nos da un posible uso de esta estructura. Así, este monumento, también llamado “canto gordo” y que está formado por una gran piedra granítica con una plataforma tallada sobre ella y tres asientos o sillas, también talladas en la roca, que se orientan hacia el lugar de la ladera del monte en el que se levanta el monasterio de El Escorial, sería un lugar sagrado, posiblemente dedicado al «Marte» de los vetones (pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la península ibérica) o a los carpetanos. Si se compara con altares de zonas célticas, se pueden ver coincidencias en su forma escalonada y abarquillada, y considerar la Silla de Felipe II como el lugar para rendir culto y ofrecer holocaustos a sus dioses. Así, encontramos similitudes con el castro de Ulaca, en Solosancho (Ávila) o el santuario rupestre de La Nava del Barco (Ávila), donde podemos encontrar una piedra a la que llaman el “Umbo” con tres sillas talladas, similares a las de la Silla de Felipe II. La arqueóloga Alicia M. Cantó en su comparación con otros santuarios encontró algunas evidencias en la roca, como el canal por donde discurre la sangre de los sacrificios. Menciona Alicia M. Cantó en su investigación (que puede leerse aquí) el parecido con el complejo de Panóias, cuya orientación es N-NE (como en El Escorial) y que tiene el mayor de sus altares con la misma curiosa forma abarquillada que tiene éste (como también los de Novás, Portela o Vilar de Perdices). Del complejo de Panóias, señala también la arqueóloga, se conservan varias inscripciones romanas del siglo III d.C. que explican el rito sacrificial correcto que se debía practicar en cada una de las diversas oquedades: inmolación de la víctima, desangración de la misma, incineración de las entrañas, quema de otros miembros, mezcla de líquidos, lavados lustrales, etc.
Extremo de la Silla de Felipe II (El Escorial)
Alicia M. Cantó señala también la importancia de este lugar para el pueblo vetón, debido a su carácter fronterizo (a través del paso de Las Machotas y del Puerto de la Cruz Verde) y zona de contacto con los pueblos carpetanos. Señala también la llamada “piedra caballera”, que como bien referencia la arqueóloga, podemos reconocer, si la miramos con ojos “no científicos”, lo que el pueblo vetón reconocería como una doble señal sagrada de la divinidad que habitaba en aquella cima rocosa, ya que de frente muestra toda la fiereza de una divinidad guerrera, y de lado recuerda claramente el perfil de una rapaz grande, sea buitre, águila u otra semejante. Señalar que la arqueóloga ha podido encontrar diversos y muy convenientes paralelos para ambas imágenes y usos, algunos en zonas dolménicas del norte de Europa.
Piedra Caballera en la cercanía de la Silla de Felipe II
Para considerar la zona donde se haya la Silla de Felipe II una zona sagrada para el pueblo vetón, a los indicios comentados en el párrafo anterior, la arqueóloga Alicia M. Cantó añade la presencia del roble, árbol sagrado para los celtas, que como diría Miguel Herrero Uceda “La importancia del roble va mucho más allá que la utilidad de su madera. La imagen de este longevo árbol es grandiosa con recias ramas que se elevan al cielo. Para todos los pueblos que lo han conocido constituye un sinónimo de fuerza, de no dejarse doblegar ante ningún obstáculo”. Así mismo, en esta elevación existe una alta frecuencia de caída de rayos (debida a las mineralizaciones férricas de esta altura), presencia de setas alucinógenas y una extraordinaria abundancia de aguas cristalinas. Asi mismo, Cantó señala, no lejos de “la silla”, los restos de otro posible altar, así como otros afloramientos graníticos, el mismo término de El Escorial con escaleras y/o iguales “sillas” abarquilladas, como el llamado “Mirador del Rey”, o el “Canto de Castejón” donde los príncipes solían aprender a disparar, de varios de los cuales queda el recuerdo epigráfico, allí mismo grabado.
Otra visión de la Piedra Caballera en la cercanía de la Silla de Felipe II
Ermita de la Virgen de Gracia
Antes de empezar la subida del camino que lleva a la Silla de Felipe II podremos ver la Ermita de la Virgen de Gracia. Construida en 1948 por el párroco de San Lorenzo, don Teodosio, y que se sitúa casi en el centro del Paraje de la Herrería. Cada año, el segundo domingo de septiembre, se celebra una romería, la que dicen es la segunda romería más famosa de España tras la del Rocio, en la que se traslada la imagen de la Virgen en carretas de bueyes hasta este lugar (sobre esta romería se puede ver mucha más información en la página de Romeros de la Virgen de Gracia).
Ermita de la Virgen de Gracia (El Escorial)
Cartel El Bosque de la Herrería en la Ermita de la Virgen de Gracia (El Escorial)
Arce Monumental
No puedo dejar de comentar el espectacular arce que hay ante la silla de Felipe II, que se encuentra en la lista de árboles singulares de Madrid y que apareció en el segundo tomo del libro “Árboles: Leyendas vivas” publicado por Caja Madrid y que puede consultarse aquí.
Arce monumental ante la Silla de Felipe II
Ficha árbol
ESPECIE: Acer monspessulanum
NOMBRE COMÚN: Arce
NOMBRE LOCAL: Arce de la Silla de Felipe II
COORDENADAS GPS: 30T402500.54///E4491456.25
ALTURA: 10 metros
DIÁMETRO DE COPA: 9.50 metros
PERÍMETRO MEDIDO A 150 CM (DBS): 165 cm
EDAD ESTIMADA: He encontrado dos referencias sobre al edad de este árbol, una que señala una edad de 337 años (señalada esta edad aquí o aquí) y otra que señala una edad de 150 años (aquí).
Especie: Acer monspessulanum L.
Como llegar a la Silla de Felipe II
El camino a la Silla de Felipe II está muy bien señalizado. Tomar la A-6 hasta las Rozas y allí coger la N-505 dirección El Escorial. Una vez allí seguir los carteles indicadores hacia la silla, pasando por la ya comentada Ermita de la Virgen de Gracia.
Cartel a La Silla de Felipe II
Palabras de Felipe II en la base de la Silla de Felipe II
Y para terminar, dos vídeos.
Uno video con las imágenes de la propia silla de Felipe II
Un video con las imágenes de lo que se puede ver en los alrededores de la Silla de Felipe II
Más información
Un análisis de las “energías telúricas” que parecen que se encuentran en la Silla de Felipe II y en otros lugares cercanos se puede ver aquí
Artículo de Alicia M. Cantó y del cual he sacado un porcentaje muy alto de la información en este post vertida, se puede ver aquí
Artículo publicado sobre la silla de Felipe II por Alicia M. Cantó en la revista “Cantoblanco. Noticias de la Universidad Autónoma de Madrid” se puede leer aquí
Entrevista realizada a Alicia M. Cantó en relación a la Silla de Felipe II puede leerse aquí.
Existe un artículo del arqueólogo Jesús Jiménez Guijarro publicado en la revista Estudios de prehistoria y arqueología madrileñas, Nº 13, 2004, págs. 87-107 que bajo el título “Los Epígrafes Regios del Canto Castrejón (El Escorial, Madrid) y la leyenda Laurentiana de la silla de Felipe II” aporta una visión algo diferente a la de la arqueóloga Alicia M. Cantó, pero me ha sido imposible la obtención de dicho artículo por lo que sólo cito su existencia para quien quiera investigar con más profundidad la historia de La Silla de Felipe II, aunque algo en referencia a su investigación puede leerse en el artículo publicado en el Diario El País que puede leerse aquí.