En la primera parte sobre el significado de los montículos de piedra que encontramos en nuestros pateos, ya hablamos la definición de estos y sobre su uso tanto por los celtas, la antigua Grecia, la antigua Roma y como el Cristianismo convirtió los símbolos paganos en cristianos. Veamos como, si nuestros pateos nos dirigen a otras culturas, los podremos encontrar y averigüemos su significado.
Los apachitos de los Andes
En Bolivia los montículos reciben el nombre de apachita, así como en el noroeste argentino y en Perú. En este caso los montículos son normalmente de color blanco y es el lugar es donde los indios dejan sus ofrendas a Pachamama y piden que se aparten las desgracias (chiknis) de su camino y salud para seguir viaje, aunque en su origen no fueron más que un montón de materiales acarreados para edificar usos o puestos de vigía en los puntos estratégicos de los caminos incaicos, como defiende la investigadora Margarita E. Gentile en una investigación que podemos ver aquí. También podemos leer más sobre ellos aquí.
Los Cairns en los países anglosajones
Los cairns (carn en irlandés, carnedd en galés, càrn en gaélico escocés) sería el nombre que reciben los montículos de piedras en los países anglosajones y serían normalmente marcas situadas en tierras altas, páramos, cumbres de montañas o cerca de cursos de agua.
En Escocia, es tradicional llevar una piedra desde el pie de la colina para colocarla en un montón de piedras, cairn, en la cima. De esta forma, los cairns se hacen cada vez más grandes. Una vieja bendición gaélica escocesa dice Cuiridh mi clach air do chàrn, es decir, ‘voy a poner una piedra en tu cairn’. Y todo el que haya visto la película “el ingles que subió una colina pero bajo una montaña” entenderá esa bendición…
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Primeros minutos de la película
Otras Culturas
En el Islas Feroe (pequeño archipiélago en el Atlántico Norte, entre Escocia, Noruega e Islandia y que se ven afectadas por frecuentes nieblas y fuertes lluvias, y tiene algunos de los más altos acantilados en el mundo) los cairns son una ayuda a la navegación sobre el terreno agreste y montañoso.
En Australia, la tribu de los churingaque, ante la creencia de que los espíritus moradores de piedras y árboles se metían en los cuerpos de las mujeres al pasar ante ellos para convertirse en seres vivos, arrojaban una piedra en ese mismo punto para evitarlo, convertida entonces en objeto de adoración (Plaza, 2010).
En África, los Massais depositaban guijarros en el montón de piedras situado sobre las tumbas y que adquiría forma piramidal (Plaza, 2010).
Al igual que los Masais, el pueblo hebreo cuando visitan una tumba, o durante un entierro, deposita una piedra sobre la tumba para el descanso del muerto (Plaza, 2010). (¿Foto del cementerio Judio?)
Los mahometanos acostumbran a arrojar siete piedrecitas sobre tres montones como una lapidación del diablo. Este ritual se lleva a cabo después de haber permanecido de pie delante del rostro de dios desde el mediodía hasta la puesta del sol. Previamente habrán dado tres vueltas rápidas y cuatro lentas alrededor de la Kaaba, tocando la piedra negra (Plaza, 2010).
En Portugal, los montículos de piedra reciben el nombre de moledro y cada piedra del moledro es un soldado. La leyenda dice que si una piedra se toma de la pila, la próxima mañana volverá por sí sola a la pila. Si se toma una piedra de la pila en secreto y se pone debajo de la almohada, a la mañana siguiente un soldado aparecerá por un breve instante, y luego se convertirá de nuevo en la piedra y regresará a la pila. Las piedras de la moledro son considerados por lo tanto como soldados encantados.
Montículo de piedras señalando en Camino en la Sierra Espadan (Castellón)
En Mongolia, los montículos de piedra reciben el nombre de Ovoos, marca el lugar donde se cree que se han manifestado los espíritus; los viajeros dan tres vueltas en torno a él, una foto de dicho ovoo se puede ver aquí (Stern, 2010).
La altiplanicie del Tíbet, está salpicada de pequeñas colinas artificiales, erigidas por los peregrinos, ya que era costumbre que cada uno de ellos agregaba una piedra a las ya reunidas. Así, estos “ovos” donde flamean miles de estandartes con inscripciones piadosas se han convertido en el testimonio de la profunda religiosidad del pueblo tibetano (DE JORGE, 2000)
En Escandinavia y Finlandia, los montículos de piedra reciben el nombre de Kummeli y siguen siendo utilizados como marcas de navegación en el mar. Están indicadas en las cartas de navegación y se mantiene como parte del sistema de señalización. Para aumentar la visibilidad por lo general son pintados en blanco.
En Islandia los montículos de piedra se utilizaban a menudo como señales a lo largo de la miríada de caminos o sendas que se entrecruzaban en la isla. Muchos de estos antiguos montículos de piedra siguen en pie, aunque los caminos hayan desaparecido.
En Hawái son llamados por la palabra hawaiana ahu; ejemplos de éstos se puede ver en los campos de lava del Parque Nacional de los volcanes para marcar varias excursiones.[]
En España
Existen algunas referencias de montículos de piedra en todo el territorio nacional. Además de los ya comentados existentes en el Camino de Santiago, existe una costumbre cada vez más arraigada de amontonar piedras sobre cualquiera de las indicaciones del camino (flechas, mojones, etc.…) sobre las que colocar una piedra, te encuentras un montón de piedrecitas, costumbre que ya se puede observar en cualquiera de los múltiples caminos.
Mojón señalando el Camino en el Camino Inglés
En el ya mencionado Camino Frances existe otro lugar donde se pueden observar montículos de piedra. Si pasamos por el llamado Alto de San Antón, en la Ventosa, Logroño, en dirección a Nájera, allí encontraremos lo que se ha llamado hitos del Camino, y cuyo origen está en la acción de los peregrinos que así las van depositando, como símbolo del lastre del que se van desprendiendo en su recorrido.
Montículos de piedras en Alto de San Antón (Ventosa, Logroño)
En Huesca, a dos kilómetros de la capital y junto a la cabañera real Mequinenza-Broto y en el lugar donde se unen los términos municipales de Adahuesca, Abiego y Alberuela de Laliena, se encuentra un amontonamiento de piedras donde, según la tradición, fueron enterradas dos ancianas, procedentes de una aldea de la sierra de Sevil azotada por la peste. Estas dos únicas supervivientes encontraron cobijo en Adahuesca y, como recompensa, donaron a esta villa la sierra de la que procedían. A cambio, pidieron a los habitantes del pueblo que acudieran una vez al año a Crucelós para rezar por sus almas. Así, cada 20 de mayo se realiza la llamada fiesta de “Las Abuelas”, la romería al paraje de Crucelós, lugar donde están enterradas. Tras la misa allí celebrada, el sacerdote oficiante tira la primera piedra y, a continuación, el resto de los presentes a las tumbas tras haberla colmado de flores. Después se reparten panes, tortas y vino a todos los que asisten.
En las Baleares existe una costumbre de realización de montículos bastante curiosa. Así, dice la tradición que si se hace un montoncito de piedras mirando al mar y pides al faro el deseo de volver al lugar donde has hecho el montículo, este se cumplirá. Esta moda reciente se ha extendido por todas las islas, y ya es posible ver montículos en las playas de Mallorca (moda muy arraigada en la playa del faro del cabo de Ses Salines), Menorca (moda muy arraigada en la playa de Cales Morts, entre Binimel·là y Pregonda, y también se pueden ver en el Faro de Cavalleria, Favàritx, Punta Nati y entre Son Bou y Binigaus), Ibiza y Formentera. Se puede ver una foto del caso de Menorca aquí.
Esta costumbre también se está poniendo de moda en las Islas Canarias y tanto en Tenerife como en Fuerteventura están empezando a tener problemas por el impacto que producen.
Montículos de piedra en la literatura:
Voy a mencionar tres apariciones de montículos de piedra en la literatura, por poner algunas referencias:
- Existe un relato de H.P. Lovecraft llamado “El montículo” (The Mound) escrito en colaboración con Zealia Bishop, y publicado en la edición de noviembre de 1940 de la revista Weird Tales que habla de las construcciones de piedras amontonadas existentes en el medio oeste americano relacionándolas con razas primigenias y degeneradas en un tono habitual de los cuentos de este autor. El Cuento entero se puede leer aquí y un comentario sobre el mismo, aquí.
- Quebradas de los Túmulos. Esta es la localización que aparece en el Primer Libro de “El Señor de los Anillos” creado por J. R. R. Tolkien. Los túmulos marcarían las tumbas de los reyes y príncipes de los dúnerdain de Arthedauin caídos en la batalla. Mucha más información aquí o aquí. Esta localización, que no aparece en las películas de Peter Jackon, sería donde, tras luchar contra los tubularios (espíritus que habitaban aquel lugar), los hobbits conseguirían las espadas cortas que llevarían a lo largo de sus aventuras.
- Y para terminar comentar la aparición de algo similar a los ya cometados “ovos” del Tibet en la historio de Hergé “Tintín en el Tibet”, quien en la páginas 20 y 21 de dicho tomo habla de Tsorteng, que define como un monumento funerario lama donde se conservan las cenizas de los grandes sacerdotes. Se nos indica en dicha historia también que nunca se debe pasar por la derecha de un tsorteng, ya que los demonios se enfurecen cuando alguien lo hace (más información sobre “tintin en el Tibet se puede ver aquí.
Montículo de piedras señalando el fin de la cuesta en un camino en la Sierra Espadan (Castellón)
Algunas curiosidades y leyendas urbanas
- Algunos grupos Scouts utilizan los montículos como señales. Una piedra pequeña encima de otra grande señaliza el camino. Si se pone a la derecha quiere decir que hay que ir en esa dirección.
- Hay una leyenda urbana (o montañera) que dice que se ponen los montículos para hacer constar que allí alguna pareja había hecho el amor.
- En algunas regiones, las pilas de rocas utilizadas para marcar rutas de senderismo son llamadas «patos» o «patitos» (ducks o duckies en inglés). Éstas son típicamente pequeños montículos de piedra, llamados así porque tienen un «pico» que señala en la dirección de la ruta. La expresión «dos rocas no hacen un pato» recuerda a los excursionistas que una roca que descansa sobre otra, sin más rocas, puede ser el resultado de un accidente o de la naturaleza en vez de una marca intencional del camino.
Para saber más
Sobre las apachetas se puede consulta el Diccionario de Mitos y Leyendas aquí.
Sobre los coirn se puede consulta la wikipedia aquí.
DE JORGE, J. (2000) “Doblar el Himalaya” en diario La Verdad. 7 de julio de 2000. Viernes de evasión. p. 12.
DRUZ SÁNCHEZ, P. J. (2010) “Presencia de la cruz en la arquitectura popular. Apuntes Arribeños” en Estudios del Patrimonio Cultural. Revista digital, 05, p. 5-17, que se puede descargar aquí.
GRAU LOBO, LUIS A. (1990) “Ad límina Iacobi”: La idea de viaje sagrado en la Peregrinación Jacobea (1)” en Revista de Folklore, 114, p. 183-191, que se puede descargar aquí.
PLAZA BELTRAN, M. (2010) “Antecedentes del culto a las cruces de piedra: litolatría” en Revista de Folklore, 343, p. 11-19, que se puede descargar aquí.
STERN, D. (2012) “Maestros del éxtasis” en National Geographic España, Vol. 31 núm. 6 p. 14-35.
siempre tuve mucha curiosidad sobre este arte , yo le llamaría arte como todo arte tiene un significado, según el país que lo haga , de todos modos y en todas sus formas me parecen maravilloso , Gracias necesito más !
similar stone mounds I saw in Eastern Europe, the local people said that it’s ancient rites
Indeed, the mounds of stones in some areas have been considered as remains of ancient rites. Each mound can be interpreted differently depending on where they are.
Parece mentira que señaleis como algo positivo los montículos en las Baleares cuando es una «moda» reciente a la altura de poner candados en los puentes, que lo que hace es dañar el medio ambiente del litoral. Por favor, informaos un poco antes de escribir, que luego hay cabezas huecas que os leen y repiten estas chorradas.
Estimado balear:
No era nuestra intención señalar «como algo positivo los montículos en las Baleares». Es más, nuestra intención era señalar la existencia de ellos. Si se fija, al final del párrafo indicamos que «Esta costumbre también se está poniendo de moda en las Islas Canarias y tanto en Tenerife como en Fuerteventura están empezando a tener problemas por el impacto que producen». Como toda «costumbre», si se lleva al extremo (por hacerla demasiada gente) se convierte en un problema, ya sean los candados en los puentes, los montículos de piedra o pasear por una zona creando que las sendas se conviertan en marcas en el terreno.
Gracias por su comentario.
Árbol arquitectónico, eso es lo que quedará, troncos petrificados,, «arte en ruta por el mundo» es mi proyecto
Hola
En una excursión o campamento ¿significan q hay un peligro?
Hola fany:
No necesariamente significa que hay peligro. Normalmente sólo implica que el camino es por donde vamos. En cada lugar es diferente, pero normalmente se ponen (y estoy resumiendo mucho) para que las señales sobresalgan y se vean mejor desde la distancia.
Un saludo,