Construcciones que se consideran realizadas por el diablo hay gran número tanto en España como fuera de ella. Hoy hablaremos de ellas y en especial de una que hay en Tarragona, el llamado acueducto de les Ferreres o Puente del Diablo de Tarragona.
Puentes del diablo
Construcciones que se consideran realizadas por el diablo hay gran número tanto en España como fuera de ella, como podemos ver en la toponimia de los nombres de multitud de lugares. En este post nos fijamos en los llamados “Puentes del diablo”, que suelen ser acueductos de época romana o puentes en arco medievales que, según la tradición popular, habrían sido construidos por el Diablo, con su ayuda, o incluso, en contra de sus deseos.
Las leyendas asociadas con estos puentes se pueden clasificar en tres tipos generales:
- Tipo 1: El constructor de puentes que tiene como adversario al Diablo, que refleja las dificultades en la construcción del mismo. Un ejemplo de estos sería el puente situado cerca de la localidad burgalesa de San Miguel de Pedroso.
- Tipo 2: Puentes llamados así por lo excepcional del mismo, sobre todo por la longitud. Un ejemplo de estos sería el Puente del Diablo, en Martorell (Barcelona).
- Tipo 3: Pactos que realiza una anciana, un pastor o una joven inocente que cambian su alma por un medio de cruzar un abismo, ellos mismos o el agua que trasportan. El diablo construye el puente o acueducto durante la noche y finalmente por algún tipo de artimaña, el pacto no puede seer cumplido. Un ejemplo de estos sería el Acueducto de Segovia o Puente de Castrejana en Vizcaya
Vista general del acueducto de les Ferreres o Puente del Diablo de Tarragona
(Dibujo de Till F. Teenck en Creative Commons obtenida de aquí)
Puentes del diablo en España
Este es un listado, aproximado, de los puentes y acueductos existentes en España que según la tradición fueron construidos por el diablo o con ayuda de él:
- Acueducto de Segovia o Puente del Diablo, Segovia
- El Pont del Diable de Coll de Nargó (Organyà, Lleida)
- El Pont del Diable de Gironella (Barcelona)
- El Pont del Diable de Grau de Clua (Artesa de Segre, Lleida)
- El Pont del Diable de Isòvol (Girona)
- El pont del Diable de La Bastida de Belera a la Vall Fosca (Lleida).
- El Pont del Diable de Llès de Cerdanya (Lleida)
- El Pont del Diable de Martorell (Barcelona)
- El Pont del Diable de Montagut (Girona)
- El Pont del Diable de Pineda de Mar, (Barcelona)
- El Pont del Diable de Ripoll (en la carretera de Ripoll a Berga, Girona)
- El Pont del Diable de Sant Cugat del Vallés (Barcelona)
- El Pont del Diable de Sant Julià de Ramis (Girona)
- El Pont del Diable de Santa Eulària des Riu (Islas Baleares)
- El Pont del Diable de Sarroca de Bellera (Lleida)
- El Pont del Diable de Susqueda (Girona)
- El Pont del Diable o Acueducto de les Ferreres, Tarragona
- El Pont del Diable o Pont Trencat, Cardona (Barcelona)
- El Pont del Dimoni del Montblanc (Tarragona)
- El Pont Major de Sarrià de Ter (Girona)
- Puente del Diablo de Colungo (Huesca)
- Puente del Diablo de Cueto – Santander (Cantabria). Puente natural
- Puente del Diablo de Entremón – Ainsa (Huesca). Sumergido
- Puente del Diablo de Olvena (Huesca)
- Puente del Diablo de San Miguel de Pedroso (Burgos)
- Puente del Diablo del Pantano de Cenajo – Moratalla (Murcia)
- Puente del Diablo o de Castrejana, Barakaldo y Castrejana – Bilbao (Vizcaya)
- Puente del Diablo o de Jesús, Foz de Lumbier – Lumbier (Navarra)
Puente del Diablo de Tarragona (1)
Acueducto de les Ferreres o Puente del Diablo de Tarragona
El Puente del Diablo de Tarragona, cuyo nombre “oficial” es acueducto de les Ferreres, es un puente acueducto romano con el que se salvaba el barranco dels Arcs y que forma parte del sistema que suministraba agua desde una distancia de 25 km. desde el río Francolí (en la actual localidad de Puigdelfí) a la antigua ciudad Romana de Tarraco (actual Tarragona). Se sitúa a 4 km al norte de la ciudad de Tarragona.
Se fecha su construcción en el siglo I a.C., época del emperador Augusto, momento en el que la ciudad de Tarraco, capital de la provincia romana Hispania Citerior Tarraconensis abarcaba, en su época de máximo esplendor, dos terceras partes de la península ibérica. Se sabe que se estuvo utilizando para suministro de agua hasta finales de la edad Media, momento en el que el acueducto empezó a entrar en desuso. Desde su construcción ha sufrido varias restauraciones: en el siglo X (bajo el reino del califa Abs al-Rahman III de Córdoba) y otra en el siglo XVIII. Así mismo durante los siglos XIX y XX se realizaron varios trabajos de conservación que detuvieron su progresivo deterioro. Entre 2009 y octubre de 2011 se realiza en el acueducto la última de las restauraciones, permitiendo el paso del agua en la parte superior e incluso el paso de personas. Se pueden ver fotografías antes de su restauración en 2011 aquí.
Cartel informativo del Puente del Diablo de Tarragona
Sus dimensiones son espectaculares, midiendo 217 metros de largo y 27 metros de altura máxima. Presenta dos niveles con arcos superpuestos construidos con sillares de piedra de la zona, unidos en seco sin argamasa. Observamos 11 arcos en el piso inferior y 25 en el superior, siendo las dimensiones de cada una de las arcadas de 6,30 m de luz por 5,70 m de altura. La distancia entre los ejes de los arcos es de 8 m. Presenta un desnivel de 40 centímetros desde su parte norte a la parte sur, para facilitar el discurrir del agua hasta la ciudad.
El acueducto fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1905 y forma parte del denominado “Conjunto Arqueológico de Tarraco”, que fue declarado el 30 de noviembre del año 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este conjunto arqueológico, además del acueducto que nos ocupa incluye la muralla de la ciudad, el recinto de culto imperial, el Foro Provincial, el Circo, el Foro de la Colonia, el Teatro Romano, el Anfiteatro, la basílica visigótica, la iglesia románica, la Necrópolis, la Torre de los Escipiones, el Mèdol, Centcelles, la Villa de los Montones y el Arco de Bará.
Vista lateral del acueducto
Leyendas asociadas al Puente del Diablo de Tarragona
Existen multitud de leyendas que se asocian a la construcción del Puente del Diablo de Tarragona. Aquí voy a poner 4 de ellas que he podido localizar:
Una primera leyenda habla de su construcción en época de la dominación romana y que pertenecería al tipo 1 de las leyendas asociadas con estos puentes según la clasificación que hemos comentado anteriormente:
“La construcción iba adelante y cuando ya estaban listas las dos hileras de arcadas, los fuertes vientos y la furia de las tormentas derribaron el puente. El maestro constructor al ver el derribo del puente dijo desesperado que tan sólo el demonio podía hacer un puente de mil años de duración. Hecha esta afirmación se le presentó de repente Satanás y le dijo que él levantaría un puente esa misma noche con piedra de la cantera del Mèdol, lo que permitiría que su duración fuera casi eterna. A cambio de la construcción se le ofrecieron al diablo treinta bolsas llenas de moneda de oro y de plata. Más él no quería dinero, sólo quería el alma del primero que bebiera el agua que pasara por el puente. Y trato es trato. El puente fue construido y al día siguiente el demonio esperaba al otro lado del puente el cumplimiento de la palabra dada. Mientras tanto, el maestro y sus operarios desde la otra parte del puente le enseñaron un asno que fue el primer habitante que bebió de aquella agua” (versión traducida de la leyenda aparecida aquí).
Puente del Diablo de Tarragona (2)
Una segunda leyenda (recogida en el artículo que aparece en la Tarracowiki y que a su vez lo recoge del libro de Amadeu-J Soberanas y Jordi Tous i Vallvè “Llegendes històriques de Tarragona”) es la llamada “El diablo y la doncella”, siendo muy similar a la leyenda que explica la construcción del Puente del Diablo de Martorell y que pertenecería al tipo 3 de las leyendas asociadas con estos puentes:
“[…] Hace muchos siglos, una doncella tenía que ir a buscar agua cada día a una gran distancia de la ciudad y la enojaba mucho tener que subir y bajar tanto el valle que forma el lugar donde hoy levanta el acueducto. El Diablo pactó con la doncella construirle un puente a cambio de su alma. Ella a su vez le puso una condición:
– Antes de que vuelva a salir el sol -le dijo- debe estar terminada tu obra; si no es así, mi alma quedará libre de tu poder.
Riéndose de estas naderías, el Diablo comenzó la obra con entusiasmo, dando ya por seguro la posesión del alma de la jovencita tarraconense. Pero ese día…, Dios quiso que el sol saliera antes de tiempo, y el gallo, fiel cumplidor de su misión, como cada día, saludó el sol y, esta vez, con el mejor y más estridente quiquiriquic de su vida. Fue una lástima. Al Diablo le faltaba poco para terminarlo. Se quedó sin el alma de la doncella y Tarragona tuvo un acueducto, del que se ha servido mucho en el transcurso del tiempo”.
Vista del acueducto desde su base
La tercera leyenda, cuya fuente es la misma que la anterior, es genuinamente de Tarragona y se titula: “El jugador empedernido” y al igual que la anterior, pertenece al tipo 3 de las leyendas asociadas con estos puentes:
“En Tarragona había un jugador empedernido que, debido a su mala estrella, perdía en el juego todo lo que ganaba en el trabajo. Un día, habiéndose quedado sin ni un clavo, como ya era su costumbre, al salir de la taberna, desesperado, invocó el Diablo y, gritando, le dijo:
– Si consigues recuperar todo lo que he perdido y, además, que en adelante, cuando juegue, gane siempre, dentro de un año puedes venir a buscar mi alma.
El Diablo aceptó la proposición con mucho gusto. Pero Dios, creador y Señor de las almas y de los cuerpos, se interpuso entre ambos y le dijo al jugador.
– ¿Quién eres tú para disponer de mis cosas? Tu alma me pertenece. Y yo soy el Padre y será del Diablo si a mí me place. Le pongo una condición: que en una sola noche, exactamente dentro de un año, y antes de amanecer, se comprometa a hacer un puente de piedra tan grande como yo le indique. Si no es así, no tendrá el premio que le has ofrecido.
El Diablo, rabioso porque el Altísimo le desbarataba siempre los buenos negocios, se comprometió a construir el puente en el lugar indicado por Dios, entre el mas Pastor y el mas de los Arcos, al borde del camino que conduce a la ciudad de Valls . Justo al cabo de un año, tal como se había pactado, se puso manos a la obra. Como un loco, cortaba las piedras que encontraba por los alrededores y, para ahorrar tiempo, las unía sin argamasa.
– Sólo que se mantenga de pie hasta el amanecer … -se decía.
Casi ya había culminado la obra; sólo le faltaba colocar la última piedra a la derecha del monumento -hoy todavía se nota esta deficiencia-, cuando el gallo del mas de los Arcos se puso a cantar saludando el sol que salía del vientre de nuestro mar.
El pobre Diablo, sucio y extenuado por el trabajo ímprobo realizado en pocas horas, al escuchar el gallo y ver el sol, lanzó la piedra en el suelo a la vez que de su boca negra salía una blasfemia fenomenal. Y huyó
Parte superior del acueducto.
Una cuarta leyenda, que se puede localizar aquí y que también pertenece al tipo 3 de las leyendas asociadas con estos puentes:
«Hace mucho tiempo vivía una pareja de ancianos en el bosque. Tenían que cruzar un río para ir de su casa al pueblo. Cada día pasaban por el puente sobre el río con su borrico cargado de las cosas que vendían después en el pueblo y volvían trajinando otras. Era un puente de madera viejo, pero cada vez que lo atravesaban, los ancianos se decían el uno al otro que tenían suerte de contar con aquel paso, pues la corriente del río era muy fuerte y el camino para bordear el río era muy largo para hacerlo en un solo día.
Un otoño lluvioso llegó una riada y se llevó el puente. Los ancianos se encontraron con que no podían pasar.
-Que tremendo desatino- dijo el viejo- hoy no podremos pasar y yo soy viejo para construir un puente con mis manos.
-Que contrariedad- dijo la vieja- pasarán días antes de que se den cuenta de que no vamos al pueblo, y más días aún tardarán en reconstruir el puente.
Se lamentaban los ancianos de su mala suerte cuando apareció un hombre extraño en su lado del río.
-Saludos venerable pareja, os veo muy turbados- Dijo el hombre; el anciano inmediatamente explicó el problema que tenían por la desaparición del puente- Yo me comprometo a construir un puente en una noche, además no será de madera como el anterior, será de piedra, para que ninguna riada se lo lleve.
Enseguida desconfiaron los ancianos.
-¿Qué hacemos?- le preguntó el a ella por lo bajo.
-Está claro que no es posible hacer un puente en una noche, si no es con trucos o con mágica. Pregúntale cual es el pago que pide, cuales las condiciones.
Eso hizo el anciano, a lo que el misterioso hombre contestó que la única condición, el único pago que exigía, era que le fuese concedida el alma del primer ser vivo que atravesase el puente. Quedaba claro que era el mismísimo diablo el que ante ellos estaba.
La vieja meditó un poco y luego aceptó.
Al día siguiente cuando los viejos llegaron al río el puente estaba construido. Era de piedra, con doble arcada sobre el río. El diablo había cumplido, construyéndolo en una sola noche, y esperaba al otro lado para recibir su pago.
-Mujer!, ¿qué vamos a hacer ahora?- Preguntó el marido.
Entonces la mujer cogió la vara y arreó al burro, que pasó delante de ella, el primero por el puente.
El diablo, engañado, tuvo que conformarse con llevarse el alma del desdichado animal como pago por su trabajo.»
Vista del acueducto desde el parquing en la AP-7
Como llegar al puente del Diablo de Tarragona
Si vamos en coche, tiene un acceso sumamente fácil, ya que tiene llegar a él desde la misma autopista AP-7 dirección Tarragona, en el kilómetro 246, antes de la salida 33 a esta ciudad. Un poco antes de llegar, a unos 50 metros, un cartel señala la llegada a la pequeña área de descanso con parking donde podremos dejar el coche y podremos visitar el monumento. Junto al sitio donde hemos dejado el coche encontramos el camino que se adentra en el bosque que hay en el barranco que salva el acueducto. Los primeros metros de este camino se realizan por medio de una pasarela de madera adaptada a personas con movilidad reducida o a carritos de bebés, lo que permite obtener unas primeras vistas del acueducto. La pasarela acaba y nos lleva a una senda no adaptada. Si seguimos esta senda llegará un momento que tendremos una bifurcación, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda. Si seguimos el camino de la izquierda, descenderemos durante unos 10 minutos, hasta llegar bajo del acueducto de Ferreres. Si por lo contrario seguimos el camino de la derecha, este sube ligeramente durante unos 5 minutos y nos deja a lo alto del acueducto. Desde aquí podemos cruzar sus más de 200 metros de longitud (esta adaptado para hacerlo) y contemplar el barranco a una altura de 30 metros, no recomendable si se sufre vértigo.
Pasarela desde el parquing en la AP-7 al acueducto
Desde la misma Tarragona es posible llegar en coche al acueducto a través de la carretera N-240 dirección Valls. Para ello recorreremos la N-240 hasta el kilometro 3, donde ya podremos ver el cartel de “Aqüeducte romá”, indicándonos que salgamos de esta carretera a un camino asfaltado que nos llevará a una zona de parking.
También es posible llegar por medio de autobús urbano desde la ciudad de Tarragona con loas líneas 5, 75 i 50.
Existe la posibilidad de visitar puente del Diablo de Tarragona de forma guiada a través de la empresa Limonium y de la que se puede saber más aquí.
Bibliografía
- Página del Ayuntamiento de San Miguel de Pedroso (Burgos) puede verse aquí.
- Sobre puentes del diablo en general se puede ver la Wikipedia aquí
- Soberanas, Amadeu-J.; Tous i Vallvè, Jordi. Llegendes històriques de Tarragona. Tarragona: El Mèdol, 2002 (L’Agulla,sèrie gran).
- Sobre el puente del diablo se puede consultar la Wikipedia aquí, la Wikipedia en catalán aquí o la tarracowiki aquí.
- “Llegendes d’aigua dolça” de Xavier Cortadellas i Judit Pujadó. (Coord.). Edicions Sidilla. 2016
Se puede pedir deseos al puente del diablo?
Cristina:
Nunca he oído que se pidan deseos al puente del diablo, pero el que normalmente no se haga, no significa que no se pueda hacer. Si lo hace, ya nos contará que tal.
Un abrazo.